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sábado, 24 de noviembre de 2012

Cuide sus pisadas



Se dice que de cada diez pacientes que acuden al podólogo, nueve son mujeres. La culpa la tiene esa propensión femenina a escoger el calzado siguiendo los dictados de la moda, en detrimento de la salud y la comodidad.
“El 40 por ciento de las enfermedades de los pies se debe a un calzado inadecuado”, dice Miguel Ortiz, podólogo del Centro Dominicano de Podología.
El uso continuo de tacones de aguja o muy altos, zapatos de punta estrecha o muy apretados causa dolencias más allá del pie: llegan incluso a afectar la espalda y el cuello. 
Moderación
“Si tú te pones un zapato con 15 centímetros de taco y puntiagudo para ir a una fiesta o a una boda, no hay problema, eso es un rato”, comenta Ortiz.
De acuerdo con el médico, la mujer debe prestar especial atención al tipo de calzado que usa durante su jornada laboral o su trajín diario. A este ámbito se le dedica la mayor cantidad de horas y, por tanto, requiere de un zapato cómodo.
Para escoger el calzado adecuado, explica Ortiz, la persona debe tomar en cuenta su tipo de pisada (si tiene el pie plano o, por el contrario, con un puente pronunciado) y su talla (el número, que viene determinado por el largo, y la letra, que se refiere al ancho). 
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LA EVALUACIÓN DEL TIPO DE PISADA

Existen estudios que evalúan desde el tipo de pisada, hasta los apoyos y deformaciones del pie. La pedigrafía indica el tipo de pisada, la podorreflexoscopía determina sobre qué áreas del pie se ejerce más presión, y el podograma indica los puntos de apoyo y los desbalances entre un pie y otro.
“Cada año uno debe evaluarse la pisada -dice el podólogo Miguel Ortiz-. En tres meses una pisada cambia muchísimo, porque una persona puede subir o bajar de peso o empezar a usar un calzado que a los 15 días le provoca una callosidad”.
Moda que sí incomoda Dicen que lo que está a la moda no incomoda, pero, cuando se trata de calzado, no hay nada más falso. 
Escoger un par de zapatos atendiendo más a la moda que a la salud tiene consecuencias negativas sobre el pie y su compleja estructura de 26 huesos, 33 articulaciones, 23 músculos y 9 tendones. 
Si usted es de esas mujeres que no pueden bajarse de los supertacones ni un solo día de la semana -quizá para sentirse menos chica cuando sale con su amado- preste atención a lo que tiene que decir el podólogo Miguel Ortiz sobre esa y otras tendencias del mundo del diseño de zapatos.
Punta estrecha El zapato de punta estrecha genera callos como consecuencia del roce fuerte y continuo. 
Aunque muchas veces la persona soslaya dicho problema, el callo puede derivar en un clavo o heloma dorsal que crece hacia dentro irritando las terminaciones nerviosas y causando dolor.
La punta estrecha también produce juanetes, dedos en forma de martillo y hasta hongos. 
“El zapato debe comprarse de punta ovalada o cuadrada, que es la anatomía de un pie”, recomienda Ortiz.
Tacón superalto 
El peso en el zapato debe estar distribuido en forma de Y: 70 por ciento el talón, 15 por ciento el dedo pequeño y 15 por ciento el dedo gordo. 
“Cuando aumentas el taco, ¿qué pasa? se va el 70 por ciento adelante y viene el 30 por ciento para atrás”, explica Ortiz.
Ese desbalance produce dolor en una parte del pie llamada metatarso y como por lo general el tacón alto viene combinado con punta estrecha, a dicha molestia se agregan callos e inflamación de los tendones y de la fascia plantar (tendón del arco que funge como sistema de amortiguamiento).
Un taco no debe tener más de cinco centímetros de altura, señala Ortiz. Una medida superior a esta acorta la distancia entre un paso y otro, y acarrea problemas en la espalda. 
Calzado plano 
Ortiz informa que el calzado totalmente plano desencadena dolencias en las extremidades inferiores.
Según el podólogo, el pie está diseñado para ir descalzo, pero sobre superficies suaves como arena, grama o grava; no sobre superficies duras como asfalto o cemento.
Se recomienda llevar zapatos con un taco no menor de dos centímetros para contrarrestar el impacto de la marcha sobre superficies duras.
Tacón de aguja
Los tacones finos elevan el riesgo de torceduras y esguinces. Para mayor seguridad y estabilidad al desplazarse, adquiera zapatos de taco cuadrado, en forma de cuña o de plataforma. 
La plataforma, dice Ortiz, da soporte al pie y ayuda a que sea el talón el que sostenga el 70 por ciento del peso del cuerpo.
Ausencia de tacón
Una nueva y curiosa moda se ha colado en pasarelas y escaparates internacionales: zapatos altos pero sin tacones en los que el talón queda en el aire. 
El ejercicio de equilibrismo que supondría llevar este tipo de zapatos, de imponerse dicha moda, ocasionaría muchos problemas de espalda, prevé Ortiz.

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