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miércoles, 16 de enero de 2013

Aguas subterráneas: entre el consumo y las bacterias




Un 24.81% del agua que se sirve en Santo Domingo y el Distrito Nacional proviene de campos de pozos que extraen el líquido del subsuelo. Sólo en la zona norte hay más de 100. Pero, ¿cuán confiable es el agua que corre vía subterránea?
Un estudio hidrológico determinó que la disponibilidad de esa agua es abundante. "La calidad del agua subterránea es buena. Lo que se necesitan son algunos controles para su explotación, y ahí tenemos algunos problemas como la intrusión marina en la zona costera", explica Xiomara Lluberes, encargada de la División Hidrológica Subterránea del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi).
A causa de ese descontrol se ha detectado contaminación orgánica en los pozos. "Tanto se hace un pozo para verter agua usada, servida o aguas negras, como para extraer, y tenemos algunos acuíferos que son vulnerables a la contaminación como la basura y la materia fecal", dice Lluberes.
El uso de pozos privados ha mantenido la incidencia de infecciones dentales, de la piel y vaginal, entre otras, en parte de la población. En San Pedro de Macorís, por ejemplo, se han registrado muchos casos.
El Estudio Hidrogeológico Nacional, que se realizó en el país hace varios años, encontró coliformes totales y fecales, y enterococcus - causantes de infecciones tipo urinarias y meningitis- en 40 muestras de agua procedentes de pozos públicos usados con fines potables en las regiones suroeste y sureste. Lo normal es que estas bacterias estén ausentes.
El análisis es reseñado en el Plan Hidrológico Nacional presentado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indhri) el pasado año 2012.
Sin embargo, el problema proviene de más lejos. En 2004 se determinó que el agua de nueve puntos subterráneos procedentes de las cordilleras Central, Oriental y Septentrional, no estaba aptas para abastecimiento o consumo humano, porque la calidad bacteriológica no era la adecuada.
Los ríos, en especial, se degradan por las prácticas agrícolas que aportan compuestos nitrogenados, que también pueden provenir de fosas sépticas, vertido de aguas residuales y plaguicidas. También, de la deforestación y la contaminación de las poblaciones que viven en las orillas.
Las autoridades de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) aseguran que están conscientes del deterioro de la calidad del agua, no solo subterránea, sino de los ríos.
¿Llega el servicio a la población con esta agua contaminada?
"La CAASD dispone de un laboratorio central que monitorea periódicamente la calidad del agua, no solamente de los pozos, sino de toda la que le sirve a la ciudadanía. El índice de potabilidad del agua de la CAASD, en sentido general, en este momento está por encima del 97% y las normas internacionales exigen que el índice de potabilidad sea mínimo un 95%", responde el subdirector de Operaciones de la institución, Luis Salcedo.
Cuando el director de la CAASD era Freddy Pérez, el funcionario tomó agua de la llave durante una rueda de prensa. Ante algunas caras asombradas, explicó que lo hizo para dar fe de la potabilidad del agua y dar a entender que ésta pierde su calidad cuando es almacenada en cisternas o tinacos sin una adecuada limpieza.
En el Congreso Nacional cursa un proyecto de Ley general de Agua Potable y Saneamiento. El poder Ejecutivo asegura que con la legislación se formularían políticas públicas que mejorarían el uso de este recurso natural y se fiscalizaría y controlaría el desempeño de todos los actores involucrados.
Sin embargo, hay sectores de la sociedad civil que se oponen, porque entienden que se busca privatizar todas las fuentes de agua en el país.
¿Qué sucede mientras tanto?
En medio de las circunstancias, el Ministerio de Medio Ambiente pretende mejorar la calidad del agua con el Programa Nacional de Manejo de Cuencas. "De acuerdo a recientes determinaciones la cobertura forestal ha experimentado un incremento", dice el viceministro de Suelos y Aguas, José Alarcón Mella.
Aumentó de 32% en el 2003 a 39.7% al 2011.
Pero la CAASD tiene una situación más compleja a resolver. Debe invertir actualmente unos RD$60 millones en reparar una serie de bombas y componentes eléctricos como transformadores y motores en los campos de pozos que maneja, y que están fuera de operación.
El de Brujuela-Casuí, cuyo potencial es el que más se aprovecha, al tomarse 15 millones de galones por día, tiene 12 pozos en servicio, de 22. Los Morenos ocho de 17, La Joya seis de 11 y La Catalina tres de seis. "La rehabilitación de esos campos de pozos ya está contratada y se está trabajando en este momento", asegura el subdirector de Operaciones de la CAASD.
Estos sistemas fuera de servicio contribuyen a que disminuya la frecuencia del servicio del agua en sectores de la zona Este de Santo Domingo. "Si antes tenían tres días de servicio a la semana, ahora les estamos dando dos. Eso no significa, de ninguna manera, que no están recibiendo el servicio", afirma Salcedo.
Ante el deterioro de los recursos naturales, el Indrhi trabaja en un proyecto de mapas de vulnerabilidad de aguas subterráneas para que en el radio donde inciden, no pueda haber basura, letrinas ni aguas residuales. El piloto se ejecuta en Los Haitises, donde nace el río Comate de manera subterránea y abastece el acueducto de Bayaguana.
"Si la población no entiende el problema, y la CAASD trabaja para que la gente entienda el problema, la situación (del agua) no se va a resolver. En todos los países de Latinoamérica donde se ha resuelto, la ciudadanía participa activamente con las instituciones responsables del servicio", concluye el ingeniero Salcedo.
Recarga de agua subterránea(mm3/a) de la república dominicana
El campo de pozos de de Brujuela-Casuí, tiene 12 pozos en servicio, de 22; Los Morenos ocho de 17, La Joya seis de 11 y La Catalina tres de seis.



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