NUEVA YORK._ La policía arrestó este miércoles al padre dominicano Leonardo Espinal (Leo), de 47 años de edad, a quien acusa de haber estrangulado un hijo de 5 años y envenenar con “Tres Pasitos”, un potente veneno para las ratas, a una hija de 7 porque estaba despechado por su mujer, la madre de ambos menores.
El trágico suceso ocurrió en el apartamento de la avenida Walton, en El Bronx.
Espinal habría estrangulado a su hijo Stewart y envenenado a Nia Espinal, la que se encuentra grave en el hospital Saint Barnabás, donde fue ingresada junto a su hermanito, que falleció.
Luego de cometer la atrocidad, el dominicano llamó a la madre de los niños y le dijo que se iba a suicidar. La madre, Rosaura Abreu de Espinal, de origen puertorriqueño, encontró al asesino encerrado en el baño con el niño y a la niña con fuertes convulsiones y vomitando incesantemente.
Cuando la policía llegó al apartamento, los oficiales tuvieron que derribar la puerta de entrada y hallaron al niño en brazos de la madre, desnudo e inconsciente.
“Leo mató a mi bebé”, le dijo ella a Francisco Medrano, un amigo de la familia. La madre de los niños había convivido por más de 10 años con el papá, pero hace 15 días decidió romper las relaciones y botarlo de la casa.
“Me imagino que por lo único que él (Leo) iba a hacer algo así es por venganza contra Rosaura”, explicó Medrano de 42 años de edad.
Espinal tuvo que ser arrastrado por agentes policiales para poder sacarlo arrestado del apartamento. Fue internado en el hospital Bronx Lebanon para observación siquiátrica.
Espinal se desempeñaba vendiendo embases plásticos de cocina (Tupperware) y Abreu es camarera en un restaurante de El Bronx cercano a su casa.
Medrano dijo que la pareja se veía como una familia “normal” y que el asesino parecía buena persona. “Para mí, era un hombre normal y ella es también muy buena persona y ha trabajado todo el tiempo”.
El sospechoso cometió el hecho después de recoger a los niños a las 10:00 de la mañana, ayer martes, para supuestamente cuidarlos en un apartamento situado en la calle 179 y avenida Walton.
Debía devolver los menores a la madre a medianoche, pero la llamó y le preguntó que si los niños podían amanecer con él a lo que ella accedió.
Cuarenta minutos después de esa llamada, Espinal llamó y amenazó con suicidarse. Vecinos dijeron haber escuchado un grito antes de que llegara la policía.
Wendy Agustín dijo que oyó gritar a una mujer, pero no se sorprendió porque gritos como esos son normales en el edificio.
El superintendente del edificio Diego Quiñones dijo que la mujer echó a Espinal del apartamento porque no quería pagar un solo centavo de renta.
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